Ascarioja debate en el 30 aniversario de ARCA en Asturias

Fecha30/03/2023
Ascarioja debate en el 30 aniversario de ARCA en Asturias

Joaquín Sanz presidente de Ascarioja defiende las fortalezas el asociacionismo en la onomástica de la Asociación de Alojamientos Rurales de Asturias

En la celebración del trigésimo cumpleaños de la Asociación de Alojamientos Rurales de Asturias (ARCA), todos dicen que «el turismo rural no es lo que era», pero a la vez, también, que el turista sigue viniendo a buscar «el turismo rural de siempre».

Con ese espíritu de fidelidad al origen y vocación modernizadora se festejaron ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA los treinta años del asociacionismo en un sector que la consejera de Cultura, Berta Piñán, presentó como «el corazón del modelo turístico asturiano» y, a la vez, «un ejemplo de integración y activación del territorio», un «motor de actividad económica y social» y un colectivo de «auténticos agentes dinamizadores en la lucha contra la despoblación».

Los empresarios, titulares de «nanoempresas» contra viento y marea y en entornos a veces nada fáciles, se hicieron un homenaje que repasó su trayectoria y sus desafíos de futuro, que celebró su capacidad de resistencia y señaló el camino hacia un porvenir de «digitalización», búsqueda de una voz conjunta que haga fuerza para defender los intereses del colectivo en España o perfeccionamiento de las estrategias de comercialización de su producto.

La importancia de «una voz nacional» para captar fondos y «digitalizar» y «profesionalizar» el sector

Joaquín Sanz tiene una casa rural en la Sierra de Cameros (La Rioja), preside la asociación regional del sector, Ascarioja, y es el director de comunicación de la Federación Digital del Turismo (Feditur).

En esa triple condición habló ayer, en diálogo con David Codón —presidente de la junta local de Otea Oviedo—, de cómo modernizar el sector sin perder de vista la cercanía con el huésped, de la fuerza del asociacionismo turístico y de la digitalización. De ésta dice que a los establecimientos les urge «para la comercialización» y tal vez no tanto como servicio. Recordó cómo se hace el silencio cada vez que a unos clientes les dice «no hay wifi» y concluye que «hay que tenerla», aunque quizá tengan «que desanimar a usarla».

Ese dilema respecto a la tecnología no existe respecto a la certeza absoluta de que «necesitamos una voz nacional». Identifica ahí uno de los propósitos principales de Feditur, que existe desde hace dos años y reúne a una decena de asociaciones —entre ellas ARCA, se refuerza recordando que «no oí a nadie hablar de turismo rural durante la pandemia» y habla de «colaborar con Asetur, la asociación española de turismo rural, para tener esa voz ayudar a buscar fondos europeos que nos faciliten la digitalización y recursos para nuestras asociaciones que nospermitan profesionalizar todo el sector».