Los valles de la Rioja Baja disponen de una variedad biológica que les ha valido la calificación de Reserva de la Biosfera.
Los dinosaurios dejaran aquí su huella, especialmente entre el río Jubera y Cidacos.
La fauna de la Rioja Baja es la típica riojana: mamíferos, grandes y pequeños, de las sierras y variadas rapaces.
En las Peñas de Arnedillo, Peñalmonte, Peña Isasa y las sierras de Alcarama y del río Alhama donde los escarpes calizos cobijan búhos y sobre todo, buitres leonados.
El pueblo abandonado de Turrucún puede ser un punto interesante para su observación. También te los encontrarás en tus actividades de escalada, ya que sólo en Arnedillo hay más de 200 vías para subir.
Este paisaje choca al sur con la Sierra de Alcarama, la más alta de la Rioja Baja, de 1.500 metros. Bajo ella, una alfombra arrugada de pequeños montes deja paso al río Alhama, “el caliente”, llamado así por los árabes por sus aguas medicinales.
La interesante ciudad celtíbera de Contrebia Leukade.
El embalse del río Añamaza, precioso enclave escondido entre montes, merece un paseo para ser descubierto, lo mismo que su barranco de Fuentestrún del Cajo.
El carrascal de Villaroya, es deal para pasear entre robustas encinas y algún quejigo, así como los robledales y los hayedos de la sierra de la Hez.
Busca tú otros, a pie o en bici por los GR o por las vías verdes de Cebollera-Arnedillo y Cidacos.