Esta Abadía cisterciense en una de las primeras que se fundaron en España.
La construcción del monasterio ha sido paulatina, hay tres etapas claramente diferenciadas, la románica de la que apenas quedan vestigios, la gótica que correspondería a parte de la iglesia y sala capitular, fechadas en la segunda mitad del siglo XIII, y la posterior al siglo XVI en la que se continúa la construcción de la nave central, quedando las dos laterales inconclusas.
La portada principal del monasterio data de 1757, siendo la parte que habitan las monjas la más tardía cronológicamente. Muchas de las piedras de la iglesia conservan la marca del cantero que las labró.
La iglesia del monasterio sorprende por su gran luminosidad a través de sus grandes ventanales.
El gran retablo renacentista obra de Andrés de Melgar y Guillén de Holanda fue mandado construir por la abadesa doña Leonor de Osorio hacia el 1523. Hasta 1975 estuvo en el prebisterio, encontrándose en la actualidad a los pies de la iglesia.
La portada de la sala capitular destaca por su singular belleza, sus tres arcos apuntados están decorados con motivos vegetales. En su interior destaca el sepulcro de estilo gótico de comienzos del siglo XIV de la beata Doña Urraca López de Haro,
La abadía ha sido pionera en la iluminación con fibra óptica en los dos museos que posee:
La comunidad de monjas cistercienses que habitan el monasterio desde su fundación, se dedican al trabajo manual y a la oración. Decoran porcelana, elaboran dulces, confeccionan rosarios y tienen una pequeña hospedería.