Conocido popularmente como el Convento de las Monjas Encerradas. Fue fundado en 1589. El templo pertenece al estilo del primer barroco carmelitano: severo, elegante y escueto.
La iglesia del monasterio es la única dependencia que en la actualidad se puede visitar, consagrada en 1642, es de planta de cruz latina, de clara raigambre carmelitana que sigue el modelo canónico de principios del siglo XVII.
Posee, entre otras obras, dos joyas artísticas de incalculable valor:
El relieve del Altar Mayor. Posee nueve pinturas madrileñas de la vida de Santa Teresa y dos de los Santos Elías y Eliseo. En el centro un grupo escultórico que representa a la Sagrada Familia.
A los lados, en el crucero, hay dos retablitos colaterales en los que se venera una Virgen del Carmen de tipo vallisoletano y un Cristo atado a la columna, de Gregorio Fernández, barroco de 1625, que es la pieza más destacada de la iglesia.
Las monjas carmelitas que viven aquí elaboran exquisitos dulces y pastas de repostería monástica.