Los orígenes de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada se remontan al año 1158, en que comenzó su edificación, con el fin de cobijar los restos de uno de los santos más conocidos y venerados en el Camino de Santiago, Santo Domingo de la Calzada, fallecido en el año 1109.
Se celebró culto por primera vez en 1180. Actualmente se conserva gran parte de la planta original del templo.
La catedral es un estupendo modelo de arquitectura protogótica. Organizada como una típica iglesia de peregrinación, tiene tres naves, la central de doble anchura y superior altura, cortadas por un crucero y con una girola que primitivamente tendría tres capillas absidiales.
A comienzos del siglo XII se amplió el recinto convirtiendo el templo en una iglesia-fortaleza, único ejemplo de este tipo que podemos contemplar en La Rioja.
El retablo mayor es una joya de la escultura renacentista española y obra de Damián Forment. La catedral tiene una cabecera románica con relieves y capiteles del siglo XII, entre ellos un riguroso relieve de David, como rey cantor.
En su interior, lo que más llama la atención, es el gallinero donde viven un gallo y una gallina en recuerdo del milagro del peregrino ahorcado.